lunes, 25 de marzo de 2013

TRAVESÍA: TIGRE - el PALMAR (4ta. parte)

Así finalizaba la nota anterior:
Casi nueve horas después de zarpar del Banco de Caraballo estábamos fondeando cerca del muelle de Juanico y recibimos un alerta amarilla de tormenta, granizo y fuertes vientos del SE de Control Mercedes.

Y así continúa: Cenamos esperando que se desatara la tormenta, pero no fue hasta las 22 hs que el viento rotó al tercer cuadrante dejándonos por momentos muy expuesto a fuertes rachas. Nos dieron hasta las 4 am y a partir de las 6 hs comenzaron las lluvias aisladas, hasta ahí todo fue tolerable. Pensábamos en no abandonar la isla que teníamos a barlovento y aprovechamos ese día de mal tiempo para descansar, pescar, ver una película y ordenar el barco. Por suerte el domingo habíamos adelantado mucho camino y nos podíamos dar el lujo de perder un día. Para el martes 19 teníamos planificado zarpar temprano para pasar por unos arenales que habíamos visto a la ida pero el mal tiempo no lo permitió, estuvo lloviendo desde las 7 de la mañana y había corderitos en todo el río con viento fuerte del S / SE. A las 15 hs., una rama grande nos hace garrear y en lugar de refrescar el fondeo decidimos cobrar ancla y buscar más protección del viento en el paso de la Isla Boca Chica, unas 4,8 Mn río abajo.
 
Al dejar la Isla Masones conocimos la fuerza real de la sudestada, entre las distinta islas se forma un pasillo que deja abierto al ancho del Uruguay, unos seis kilómetros, y fue en ese preciso momento que nos encontramos amurados de través de babor cuando el barco escoró y roló hasta entrar al reparo de la isla que buscábamos. Ahora bien, para permanecer resguardados del viento debíamos fondear en una apenas delineada bahía, cerca de la costa, donde suponíamos habría agua suficiente, y no nos equivocamos. Los nueve metros de profundidad y un mar de aceite hicieron que esa noche pudiésemos recuperar la falta de descanso de las dos anteriores.
 
Adelante escollera acceso a Gualeguaychú,
atrás el balneario Ñandubaysal
3ra. Pierna de Vuelta: Aunque las condiciones no eran las ideales debíamos movernos y aprovechando la reducción de la velocidad del viento nos hicimos a Gualeguaychú. Nos estábamos quedando sin días de vacaciones y debíamos pasar por ese puerto a repostar combustible, si o si. Dos horas y media duró esta incómoda navegación hasta la boca del Riacho Gualeguaychú en donde el Palometa imitó al "Samba" y para colmo de males al traspasar el par de boyas del kilómetro 1,5 del canal de acceso se levantó una bruma que hacía difícil ver el siguiente par. Una vez adentro vimos varias embarcaciones fondeadas esperando que mejorara el tiempo para poder salir, tal era el caso del GrandJean “Vidurria”, por ejemplo, y que al día siguiente cruzáramos en el Club. Por el canal 12 de VHF realizamos el despacho al Destacamento Puerto Boca de la PNA y nos dirigimos hacia el Náutico a donde arribamos una hora y media después.
La navegación de este río no reviste mayores complicaciones, debiéndoselo navegar por el medio hasta la boya del km 9,1, frente al camping, la que se deberá dejar por babor y a buena distancia de la costa del balneario. De allí en adelante, nuevamente por el medio hasta el tendido de alta tensión que cruza el río, sobre la costa Oeste se verá la desembocadura del Aº del Cura, y desde ahí será conveniente avanzar recostados sobre la costa Este ya que la pequeña isla de piedra Martín Chico continúa por debajo del agua hacia la costa Oeste.

Una vez pasada la boya del km 19,9 se deberá enfilar al paredón Sur del frigorífico Gualeguaychú y de allí seguir entre el muelle del mismo y las boyas rojas, las cuales, según los vaqueanos, están un poco corridas hacia el Este. A partir de ahí se seguirá recostado sobre la costa Este hasta la Isla Libertad, debiendo continuar por el medio luego y dejar buena distancia de la punta Norte de la isla al virar para ingresar al Náutico.

En el CNG nos recibió Ricardo instalándonos en una marina privilegiada desde donde, por la banda de estribor, podíamos apreciar toda la costanera de la ciudad. Realizamos el despacho correspondiente en portería, y siendo las 14 hs. nos dirigimos al restaurante del club, bajo una constante llovizna. Por la tarde se acercó Andrés Rivas, socio del club y propietario del Grace (un Pandora 28), para darnos la bienvenida y cruzar algunas anécdotas de nuestro viaje con sus navegaciones. Fue entonces que nos recomendó llegarnos hasta Lo de Peti, un simpático lugareño que reside en la Isla Montaña, a la altura del km 167 del canal principal, quien prepara los mejores asados de Gualeguaychú y en donde se dan cita muchos de los navegantes de ese club. También nos recomendó el Aº Negro (ROU), frente a Concepción, cuyos médanos hacen de un sitio perfecto para pernoctar embicados a los mismos; además del Aº Román (ROU) y otras bellezas que quedarán para una segunda travesía.
La noche se mostraba fresca y tranquila, atrás había quedado el finde largo de Carnavales en donde la ciudad recibió a 100.000 turistas que desbordaron todas las plazas existentes, hay que tener en cuenta que Gualeguaychú cuenta con 90.000 habitantes. Mañana, jueves 21, nos haremos una escapada hasta el centro para reaprovisionarnos de combustible y de algunos víveres.

Ya de mañana, posteriormente a un contundente desayuno y a algunas “vueltitas de rutina”, partimos hacia la estación de servicio que queda a unos cuantos pasos del club con sendos bidones. Repetimos el procedimiento que hiciésemos en Concepción y a primera hora de la tarde estábamos de vuelta para saborear un sabroso almuerzo casero, abundante y económico realizado y servido por la familia que tiene el concesionario del resto en el club. Por la tarde se acercó nuevamente Andrés con los pronósticos meteorológicos impresos para los días subsiguientes, a sabiendas de nuestra inminente partida del día siguiente, y con la recomendación de caer unos 20/25 mts. al Sur, paralelos al canal, entre el último par de boyas y la de bifurcación del km 94,100 de ingreso, parece que el banco de la Isla Inés Dorrego va ganando fondo. Nos despedimos de este simpático y amable socio y más tarde nos dispusimos a estudiar los impresos. Tendríamos un muy buen viernes para navegar pero el extendido nos tiraba tormentas fuertes con viento para tarde o noche del sábado 23.
 
4ta. Pierna de Vuelta: Así las cosas, decidimos arrancar el día de la partida temprano y una vez que nos despedimos del club, a la 8:50 hs, zarpamos con la estrategia de navegar todo lo posible para dejar para el sábado la menor distancia a recorrer por el Uruguay y Rio de la Plata. A las 10:00 hs estábamos en la boca del riacho realizando el despacho radial con PNA, la altura de la marea en ese lugar era de 1,26 mts. Al través de la draga a pique (hundida en 1959 por una tormenta) sondeamos en el canal 1,68 mts. siendo este el nivel más bajo del canal de acceso. Cabe recordar que la altura de la marea de ese momento superaba en casi 40 cm. los 0,88 mts que presentó a la ida.
 
... No se pierdan la próxima semana la finalización de esta serie de notas de, para nosotros, la travesía más jugosa, atractiva, disfrutada e interesante de todas nuestras travesías. Los esperamos...